[ad_1]
LOS ÁNGELES, California.— La promesa del presidente electo Donald Trump de deportaciones masivas y restricciones migratorias más severas está aumentando la desconfianza en el sistema de salud entre los inmigrantes en California, y nublando el futuro de los proveedores que atienden a los residentes más empobrecidos del estado.
Al mismo tiempo, inmigrantes que viven en el sur de California sin papeles dijeron a KFF Health News que pensaban que la economía mejoraría y que sus ingresos podrían aumentar bajo Trump. Para algunos, esa esperanza supera a sus preocupaciones sobre la atención de salud.
Trabajadores comunitarios de salud dicen que el miedo a la deportación ya está afectando la participación en Medi-Cal, el programa de Medicaid del estado para residentes de bajos ingresos, que en los últimos años se ha estado expandiendo gradualmente a todos los inmigrantes, independientemente de su estatus migratorio. Esto podría socavar el progreso del estado en la reducción de la tasa de personas sin seguro, que alcanzó un mínimo histórico del 6.4% en 2023.
Los inmigrantes sin papeles han temido durante mucho tiempo que participar en programas gubernamentales los convierta en blanco fácil de las autoridades migratorias, y la elección de Trump ha exacerbado estas preocupaciones, según defensores comunitarios.
Se espera que Medicaid esté en la mira de la nueva administración Trump, con recortes de fondos y restricciones de inscripción, lo que preocupa a activistas, ya que podría amenazar la expansión de Medi-Cal y obstaculizar los esfuerzos para extender los subsidios que ayudan a pagar por los seguros de salud bajo Covered California a todos los inmigrantes.
“El miedo por sí solo tiene tantas consecuencias para la salud de nuestras comunidades”, dijo Mar Vélez, directora de políticas de la Latino Coalition for a Healthy California. “Como ellos dicen, esta no es su primera batalla. Entienden cómo funciona el sistema. Creo que esta maquinaria será, desafortunadamente, mucho más dañina para nuestras comunidades”.
A pesar de estas preocupaciones, también hay una corriente de optimismo de que Trump podría beneficiar a la economía, según entrevistas con inmigrantes en Los Ángeles mientras trabajadores de salud estaban invitándolos a inscribirse en Medi-Cal.
Selvin, de 39 años, quien, como otros entrevistados para este artículo, pidió ser identificado solo por su primer nombre porque no tiene papeles, dijo que aunque cree que a Trump no le gustan las personas como él, piensa que la nueva administración podría ayudar a aumentar sus horas en la planta procesadora de alimentos donde trabaja empacando fideos. “Sí veo cómo podría mejorar la economía. Desde esa perspectiva, creo que es bueno que haya ganado”.
Este año, Selvin se convirtió en elegible para Medi-Cal, pero decidió no inscribirse, preocupado de que pudiera poner en peligro sus posibilidades de cambiar su estatus migratorio.
“Lo he pensado”, dijo Selvin, pero “siento que podría terminar perjudicándome. No negaré que, obviamente, me gustaría beneficiarme: arreglarme los dientes, un chequeo físico”. Pero dijo que el miedo lo frena, y no ha visto a un médico en nueve años.
No es el plan de deportación masiva de Trump en particular lo que lo asusta, sin embargo. “Si no estoy cometiendo ningún crimen o manejando ebrio, creo que no me deportarán”, dijo Selvin.
Petrona, de 55 años, vino de El Salvador buscando asilo y se inscribió en Medi-Cal el año pasado.
Dijo que si se recortan sus beneficios de salud, no podría costear sus visitas al dentista.
Vendedora ambulante de comida, escucha a menudo sobre el plan de deportación de Trump, pero dijo que el nuevo presidente expulsará a los criminales. “He oído decir que va a deshacerse de todos los que están robando”.
Aunque teme que pudiera ser deportada, también tiene esperanza en Trump. “Dice que va a dar mucho trabajo a los hispanos porque los latinos son los que trabajan más duro”, dijo. “Eso es bueno, más trabajo para nosotros, los que vinimos aquí a trabajar”.
El recién electo asambleísta republicano Jeff Gonzalez, quien ganó un escaño históricamente demócrata en la región desértica del sureste del estado, con una gran población latina, dijo que sus electores estaban ansiosos por ver un nuevo rumbo económico.
“Están realmente cansados del statu quo en California”, dijo Gonzalez. “La gente en las calles está diciendo: ‘Tengo esperanza’, porque ahora tenemos una perspectiva diferente. Tenemos a un empresario que está viendo las mismas cosas que nosotros estamos viendo, como el precio de los huevos, el precio de la gasolina, la seguridad”.
Gonzalez dijo que no comentará sobre posibles recortes a Medicaid porque Trump no ha hecho ningún anuncio oficial. A diferencia de la mayoría en su partido, Gonzalez aseguró que apoya la extensión de servicios de salud a todos los residentes, independientemente de su estatus migratorio.
Los proveedores de salud dijeron que enfrentan un doble desafío: la reticencia de las personas a las que deben atender y la amenaza de recortes importantes a Medicaid, el programa federal que proporciona más del 60% del financiamiento para Medi-Cal.
Proveedores de salud e investigadores de políticas dicen que una pérdida en las contribuciones federales podría llevar al estado a reducir o eliminar algunos programas, incluida la expansión para cubrir a quienes no tienen documentos.
California y Oregon son los únicos estados que ofrecen un seguro de salud integral a todos los inmigrantes elegibles, independientemente de su estatus. En California, se han inscrito cerca de 1.5 millones de personas sin papeles, a un costo de más de $6.000 millones al año para los contribuyentes del estado.
“Todo el mundo quiere poner este tipo de servicios en la lista de recortes, lo cual es realmente injusto”, dijo la senadora estatal Lena Gonzalez, demócrata y presidenta del Caucus Legislativo Latino de California. “Haremos todo lo posible para asegurarnos de que esto se priorice”.
La senadora Gonzalez dijo que será un desafío expandir programas como Covered California, el mercado de seguros de salud del estado, para el cual los inmigrantes sin estatus legal no son elegibles. Una gran preocupación para los inmigrantes y sus defensores es que Trump podría restablecer los cambios a la política de carga pública, que habilita para negar tarjetas de residencia o visas basándose en el uso de ciertos beneficios gubernamentales.
“El plan de deportación masiva del presidente Trump pondrá fin al drenaje financiero que representan los inmigrantes ilegales para nuestro sistema de salud y garantizará que nuestro país pueda cuidar a los ciudadanos estadounidenses que dependen de Medicaid, Medicare y el Seguro Social”, dijo Karoline Leavitt, vocera de Trump, en un comunicado para KFF Health News.
Durante su primer mandato, en 2019, Trump amplió la política de carga pública para incluir el uso de Medicaid, así como subsidios de vivienda y para comprar alimentos. La administración Biden rescindió el cambio en 2021.
KFF, una organización sin fines de lucro de información sobre salud que incluye a KFF Health News, encontró que los inmigrantes usan menos servicios de salud que las personas nacidas en los Estados Unidos. Y aproximadamente 1 de cada 4 inmigrantes adultos probablemente indocumentados dijo que ha evitado solicitar asistencia para la atención de salud, alimentos y vivienda debido a temores relacionados con la inmigración, según una encuesta de 2023.
Otra incertidumbre es el destino de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), que se expandió en noviembre a los inmigrantes traídos al país de niños y que están protegidos bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). Si la elegibilidad de DACA, y la misma ley, fuera revertida bajo Trump, eso dejaría a aproximadamente 40.000 beneficiarios de DACA en California, y alrededor de 100.000 en todo el país, sin acceso a seguros de salud subsidiados.
El 9 de diciembre, un tribunal federal en Dakota del Norte emitió una orden bloqueando el acceso de los beneficiarios de DACA a estos planes de salud en 19 estados que habían impugnado la regla de la administración Biden.
Clínicas y trabajadores comunitarios de salud están alentando a las personas a seguir inscribiéndose para obtener beneficios de salud. Pero en medio del esfuerzo por difundir el mensaje, los efectos disuasorios ya son evidentes a lo largo y ancho del estado.
“¿Ya tiene Medi-Cal?”, preguntaba la trabajadora comunitaria Yanet Martínez a los residentes mientras caminaba por Pico Boulevard recientemente, en un vecindario de Los Ángeles con muchos salvadoreños.
“¡Nosotros podemos ayudarle a solicitar Medi-Cal! ¡Todo gratuito!”, gritaba, ofreciendo ayuda para inscribirse sin costo.
“Gracias, pero no”, respondió una joven, encogiéndose de hombros y evitando el contacto visual bajo una gorra que la cubría del sol dela media mañana.
Martínez dijo que desde el día de las elecciones, la gente ha estado más reacia a escuchar lo que dice sobre seguros de salud subsidiados o exámenes preventivos de cáncer.
“Creen que voy a compartir su información para deportarlos”, dijo. “No quieren tener nada que ver con esto”.
[ad_2]
Source link